Es cuando la sangre está bien caliente que se juega esta batalla y vaya si tiene puntos de ebullición. Hay momentos en los que me cuestiono para qué es todo esto o hacia dónde estoy viajando, y la primer respuesta automática en mi cabeza es «a conocerte», a seguir peleando para que después de todo esto la calma sea beneficiosa, pacífica y entiéndase disfrutable.
Yo cargo con mis cinco litros y medio de sangre pura, sin filtrar y cada vez que entablamos una lucha no me interesa si se me va toda o si me va a quedar algo para el día después. Entrego sin cuestionamientos, sin miedos, a esos ya los dejé en el pasado hace mucho.
Podremos llegar a morir desangrados, hay momentos en que no lo dudo, pero si algo me sobra es sangre para seguir entregando todo de mi a cambio del todo de vos. Del todo, no gotas.