Mejor duermo. El sueño tiene ese reconciliador sistema de hacerme olvidar del ahora, aún cuando sea para ingresar al ayer o el mañana; por lo menos en estos momentos el sueño me ayudaría a perder momentáneamente mis ideas.
He logrado olvidar el hambre, algo jamás pensado en mi. Enemistado con mi emancipado estómago, logro no comer y sin embargo no puedo no pensar en vos.
Hago caso omiso a todo lo que cruza calesita-mente delante mío pero si es de vos lo bajo de un manotazo y disfruto cual manjar más exquisito. Lo que sea, una noticia, un correo, una foto, todo sirve, la emoción y la distancia aceleran mis latidos.
Nadie sabe y ni yo lograré algún día saber como fui a parar bajo un faro. Justo ayer, justo hoy. Solo puedo ser testigo de la fuerza que hice desde mi lado para que toda la luz que entregué llegue, te llegue.
Estas en la ciudad de las luminarias y se que aún siendo la mía una en un millón, donde destelle mi pedacito de luz vas a saber que soy yo y no vas a dejarla ir.
Es esa fracción de segundo, que no necesito presenciar, la explicación de lo que somos.
Lindo…muy mucho…me transportaste a tu historia. Abrazo!