La calma. Figura ausente en la semana, nos acobijó esta tardecita de invierno. Nos brindó calor y ganas de más. Siempre más. Se perdió mi risa entre la tuya, entrecruzando proyecciones mágicas de placer y goce, dulce agresividad inquieta, tímida, que hoy nos deja flotando en el más dulce de los mares.
Si nos movemos es para abrazarnos más fuerte. No vislumbramos alejamiento, ninguno corre, esta tarde el tiempo es nuestro. Efectivamente faltan armas, falta el ataque defensivo, la charla de sobrecama sobre el incierto futuro de estos bueyes perdidos, faltan acciones que ya no se extrañan.
Contadas palabras sirvieron para darnos cuenta de que en realidad el mejor tiempo compartido es cuando nuestras horas son aceleradamente consumidas por interminables mimos, minuciosas caricias y esos besos que sabemos compartir. Sigue la calma. Sigue el silencio, disfrutable, ese que tanto anhelamos …
Que lindas palabras ❤