Abro el Google Chrome con ganas, encuentro la página deseada y busco la siguiente definición: congruente. No es que esté buscando justo esta palabra, pero incongruente me arrastro a la única definición encontrada: congruente. Una vez que aprenda a CONGRUIR podre “incongruir”, me imagino.
Dice el diccionario de la Real Academia Española: (Del lat. congrŭens, -entis, part. act. de congruĕre, convenir). 1. adj. Conveniente, coherente, lógico.
Claro, mi problema más grande luego de encontrar las definiciones es intentar pacientemente encontrarle la vuelta a todo lo que me pasa. Quizás a algunas cosas de las que andan sobrevolando la cabeza y no todas, pero ocupan un rato bien definido, así que en resumen las trato como si fueran de importancia celestial. Cuasi como cuando uno quiere entender el porqué es tan rico tomar mate de tardecita, sin tomarse uno. Para poder comenzar a saborear el rico mate, hay que calentar agua, preparar el mate. Sacarle la yerba con moho si quedo después de varios días hecho, si pasa! Una vez que esta el agua a punto “hervorito” ya podemos ponerla en el termo y deleitarnos con el mate. Hay que vivirlo para entenderlo! Luego sí uno puede deleitarse o decir que el mate es amargo, feo. En mi caso, el mate es sagrado, a toda hora del día. Soy como mi hermano del medio, el que toma mate a la hora que se cruce con la caldera.
Entonces volviendo a la congruencia de las cosas, quiero aprender el significado de incongruente para poder entender si lo que me pasa hoy en día es incongruencia pura o simplemente estoy siendo coherente conmigo mismo, o sea congruente.
El tema es el siguiente, para poder darle forma, color y expresividad al asunto en cuestión, hace unos días que me desperté luego de un viaje largo desde la casa de mis padres hasta mi hogar, saltando en una nube de algodón. Así es, amanecí en una nube. En realidad creo que el conductor de la nube vino a buscarme y yo carente de realidad momentánea subí sin pensar mucho si necesitaría abrigo o me haría mal el vértigo. Y eso que de vértigo vine hablando durante los dos últimos años y bastante, ya que no quería subirme a ninguna montaña porque le tenía fobia a la altura. Esta vez sin embargo, sabiendo con lujo de detalle el recorrido parcial de la nube, a la que pase a llamar “mi nube”, me anime a dar una vuelta. No estaba tan dormido entonces, porque algo de razón puse al subirme, sin embargo lo único que sabia que quería era que esta bola de algodón hermosa me llevase lejos de donde estaba dormitando. Tan lejos que quería olvidar un poco todo el pasado tumultuoso que venía arrastrando. Sé que se puede olvidar y vivir en paz sin hacer viaje alguno, pero si andas por la calle caminando y viene un móvil intermitente que te invita a subir y crees que es la expresión de movimiento más hermosa, blanca y pura que hayas visto en tu vida, uno se sube sin titubear.
El viaje en nube, es complicado. No son todas iguales. Cambian las formas, las distintas tonalidades de su blanco, la textura de su lomo también varia y hasta los olores en ellas han de ser distintos. Es mi primer viaje en ella, no soy un conocedor de nubes, confieso, pero a medida que uno se expresa, entiende y puede abrirse a contar su viaje, me voy enterando de viajes que otras personas han realizado.
Las velocidades pueden llegar a ser de doscientos kilómetros por hora, hasta que pasa la tormenta y la nube se torna blanca nuevamente. No es para todos estoy convencido. Antes había escuchado hablar a algunas personas de otros viajes en nube, y yo me sentía siempre muy lejos de eso. A lo mejor pensé que nunca bajaría una para invitarme a dar una vuelta. O seria que era anti-nubes desde que fui formándome como persona?
La cuestión es que estoy en ella, y no me quiero bajar. Si, así es, escribo desde las alturas más lejanas del planeta. Hay días que me ven, pero mi yo completo se encuentra en ella sin intención alguna de bajar. No aun, no hasta que acabe el viaje. Siento que tengo la oportunidad única de poder vivir este trayecto de vida, observando y escuchando los valores y las opiniones de mil todólogos. Sintiendo que todo lo saben y que pueden opinar al respecto. Claro, quizás nunca les tocó estar en una. Y no me siento orgulloso de que me vean con ojos de rabia, sin embargo, no quiero que haya una persona dispuesta a bajarme hasta que yo no decida hacerlo.
La vida acá arriba es un tanto incongruente según el diccionario, ya que hay días que uno vuela alto pero en lo único que piensa es en el suelo. Y sin embargo a medida que uno toma velocidad en la altura, se siente tan libre poder volar por horas sin las preocupaciones de los de abajo! Los días pasan pero la cantidad de horas es distinta. El tiempo para, se detiene a gusto y deja de correr por el placentero momento que decida uno que esto dure. No voy a negar que he sentido ganas de tirarme sin paracaídas, y darme contra el suelo con ganas de que al despertar la nube haya sido un sueño lindo, completo, pero sueño al fin. No es simple, pero si es excitante.
Creo conveniente que me haya tocado este viaje a esta altura de mi vida por algún motivo, que aun obviamente no se cual es. La coherencia en mi habla mil idiomas pero otras veces se calla ante mi presencia. No me juzga, me escucha.
Quizás pensándolo distinto, pueda ser incongruente como me define el diccionario, estar viajando inconveniente-mente para mucha gente, molestando opiniones, luchando contra valores de muchos, pero lo que nunca voy a dejar de hacer más allá de la real academia es ser incongruente conmigo mismo.
Y si estoy equivocado, lo pagare con la caída, con el golpe y con el asfalto cuando mi nube se esfume. Por ahora, les envió cálidos abrazos y sepan que aun viajando, los estoy observando y cuanta cantidad de discursos incongruentes he ido encontrando…
Hace tiempo que no viajo en nube … gracias por recordarme cómo era! Cuando una nube de esas baja y te viene a buscar…bueno no queda otra que subirse y disfrutar el viaje mientras dure!
Me encantó!!!