Jueves 12 de Julio. Qué hora es no importa demasiado ya que me he pasado el día entero empacando mis cosas. Así es, tome la decisión que andaba girando en mi cabeza cual gusano loco, eso sí, con mucha más fuerza que la fuerza del gusano del Parque Rodó. Mucha más fuerza! Podría llegar a decir que el gusano en mi cabeza descarriló a las seis de la tarde, cuando tarjeta en mano, hice clic y finalmente logre obtener el email de confirmación… ahora sí, el pasaje es mío!
Es que no todos los días tengo la oportunidad de atravesar montañas y ríos, valles y desiertos para decirle a la persona que amo, que no me importa más el por qué ni el cuándo, sino que aunque sea difícil tomar la decisión, yo realmente quiero esta oportunidad de probar la vida uno al lado del otro. Y que todo sea por el amor que nos tenemos, no por lo que mande una institución de cuatro paredes. Amémonos hasta que el amor mismo que corre por nuestras venas nos separe, y no la muerte. Dejemos a ella un poco lejos de esta historia, nuestra historia.
Desde que partiste, no he salido de casa. Nunca más prendí la TV, es más, ni sabría decir donde están los controles. Unas veces prendí la PC, pero solo para ver si había respuesta tuya y al no tenerla, comencé a manejar esta idea loca de irme a tu lado a proponerte, proponerte… algo, esto. No sé que es, pero sé que dentro mío se mueve todo cada vez que pienso en la infinidad de cosas que tengo para decirte. Muchas ya las dije, otras no me he animado, pero lo más importante de todo esto son las cosas que están por ser dichas.
Además sé que el haberme decidido hoy es una oportunidad más especial aun ya que mañana es nuestro aniversario. Imagináte el regalo que puedo llegar a darte si me aparezco en medio del hotel para decirte: “Feliz aniversario mi amor!”. No dudo que tu cara va a ser un origami de los más lindos!
Llevo mucho abrigo, en caso de que decidamos recorrer caminos tapados de nieve, un libro de poemas de amor por si llega a cortarse la luz y nos permitimos otra noche más velar nuestras vidas a la luz de las seis velas que también llevo, una mantita, y chocolate con nueces, de esos que a vos te encantan. Hay un cancionero de campamento en mi escritorio, lo incluí por las dudas, tiene los acordes y quizás, el recepcionista nos preste una guitarra. Cepillo de dientes y gel que finalmente compré. Peine no uso y vos tampoco, mejor así me da para colocar otras cosas más importantes en mi maleta, como las bolsitas de té que tanto nos gusta tomar los domingos. Opté por no llevar la cámara de fotos, ya que quiero que esta aventura tan especial quede para el recuerdo solamente tuyo y mío.
No veo la hora de salir, dejar este pueblo monótono, gris azulado que tanto me hace transpirar desánimo y tristeza. He de volver a tus brazos y vos a poder besarme las manos mientras nos contamos historias de nuestra juventud, alguna vez vivida con euforia, como lo estamos viviendo ahora. Estoy feliz, se me nota en la cara, me lo recuerda el espejo, y la música que suena en mi equipo de audio.
Creo que no voy a poder conciliar el sueño esta noche. No importa cosa linda, mañana podré dormir en el vuelo ya que es largo y así lograré que se me pase más rápido. Cuando quiera acordar voy a estar corriendo rumbo a tu hotel, para poder atravesar las escaleras, correr por la recepción y una vez en tu puerta, golpear con la fuerza de ocho boxeadores hasta romperla, decirte “toy acá!” y correr a tus brazos para ese tan, tan ansiado reencuentro.
En horas vuelo a vos y ya me veo al amanecer llorando en el aeropuerto, haciendo fila para poder ingresar al gigante alado que me haga juntar tu alma con la mía. El vuelo PLUNA 456 me espera…
Nota: El día 5 de Julio la empresa aérea uruguaya PLUNA había dejado de volar.