Vi luz…

¿Más allá del destello o fulgor de alguna lámpara que me llame la atención, dónde es que pierdo la noción de todo lo que me dispongo a entregar aun sin saber que voy a recibir? ¿Cuán fuerte debe ser dicha luz para llegar a perder el sentido? Y ante la certera falta de reciprocidad, ¿qué es lo que me empuja con tanto impulso a seguir intentando? Quizás sea mi falta de miedo ante el precipicio, la nada, esa ausencia de bocanadas con las que suelo armar mi vuelo. 

Cada choque me va dejando con mucha menos fuerza, pero la motivación pura en mis reacciones químicas me incitan a querer estrellarme aun más fuerte sin importar ya el machucón. 

¿Y si la lámpara no es para uno, no emana luz hacia mí? ¿Por qué ser tan iluso de querer robar un rayo de luz aún intuyendo que es dirigida hacia otros ambientes?

Mis alas no paran, tampoco mi cabeza. Pienso, craneo, no paro de intuir, quiero creer, desespero esperando y no hay caso, acabo de recordar que por más fuerza que haga para visualizar el estado en el que me encuentro, soy una tonta polilla, testaruda pero sobre todo ciega.

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Intransferible

Es cuando la sangre está bien caliente que se juega esta batalla y vaya si tiene puntos de ebullición. Hay momentos en los que me cuestiono para qué es todo esto o hacia dónde estoy viajando, y la primer respuesta automática en mi cabeza es «a conocerte», a seguir peleando para que después de todo esto la calma sea beneficiosa, pacífica y entiéndase disfrutable.
Yo cargo con mis cinco litros y medio de sangre pura, sin filtrar y cada vez que entablamos una lucha no me interesa si se me va toda o si me va a quedar algo para el día después. Entrego sin cuestionamientos, sin miedos, a esos ya los dejé en el pasado hace mucho. 
Podremos llegar a morir desangrados, hay momentos en que no lo dudo, pero si algo me sobra es sangre para seguir entregando todo de mi a cambio del todo de vos. Del todo, no gotas. 

Eje

Ando sin piel. Siento estar hecho de cientos de millones de papeles altamente inflamables donde, no solamente cualquier chispa me enciende sino que últimamente cualquier fuego me carboniza y ahí tiradas en la calle quedan mis cenizas a espera de algún viento que me haga llegar a casa. Y es ahí, en mi eterna espera a poder ser rearmado donde razono que a esta altura uno ya debería poder sentarse tranquilamente a esperar su eje.

Explosión

El hoy es un conjunto de cosas hermosas y yo no puedo con nada, ya siento que no puedo con nada. Me di cuenta esa noche estando ahí destrozado, estallando en pedazos llorándole; que por momentos perdía el control total de mi ser y sin embargo el no dejó que me desperdigue por el piso. Me contuvo con sus palabras incluso sin mucho hablar, prestó atención a cada una de mis historias, ayudó a recomponerme en mis mil pedazos hasta quedar entero, nuevamente me erguía yo ente, sintiendo su tierna presencia cercana y me comenzó a mimar…